A medida que crece la fama e influencia de los deportistas, también aumenta su capacidad de usar esa popularidad para fines positivos.
Un interesante ejemplo es la acción que figuras de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) lleva adelante contra los efectos de la hambruna, la sequía, y diversas problemáticas existentes en el continente africano.
Quienes vienen solidarizándose con estos pueblos son las estrellas de la NFL Anquan Boldin y Larry Fitzgerald, quienes, junto con la organización sin fines de lucro Oxfam América, tienen como objetivo crear conciencia y plasmar distintos programas de desarrollo humanitario.
Mediante anuncios y conferencias, los jugadores dan a conocer las drásticas condiciones en las que viven las comunidades de países como Etiopía, Somalia y Kenia. Además, ayudan a Oxfam, trabaja hace más de cuatro décadas en África, a recaudar fondos para ayudar a la región.
En el año 2011 la Organización Naciones Unidas hizo pública una declaración en la que reconocía oficialmente datos impactantes sobre la hambruna en África: alrededor de 13 millones de personas se veían afectadas por esta situación.
Los deportistas, que ya no juegan en el mismo equipo pero quienes se conocen por haber sido compañeros en el Super Bowl XLIII, estuvieron participando activamente durante ese año en campañas solidarias y se convirtieron en modelos ejemplares que apoyan las causas más complejas que azotan a los países africanos.
Fitzgerald y Boldin han visitado distintas naciones con el objetivo de conocer de cerca las crisis que afronta el continente. Hace sólo un mes, ambas estrellas visitaron el pueblo de Sabodala, en el este de Senegal, para apoyar la lucha que tiene esa comunidad por sus tierras.
Una empresa minera llego al pueblo y compró una gran parte de las tierras de la población. A raíz de eso, el agua fue un problema para toda la comunidad. La empresa puso una bomba de agua, pero ésta no funciona correctamente y los pobladores se vieron obligados a repensar su manera de vivir.
Los agricultores tuvieron que abandonar su oficio y debieron depender de la minera para poder vivir. Fitzgerald y Boldin se solidarizaron con la situación de los pobladores y están peleando, junto con ellos, para que puedan obtener una indemnización por las pérdidas de sus tierras y conseguir que tengan un mejor acceso al agua.
Además, junto a Oxfam, han creado un grupo de ahorro, al que los miembros de las familias aportan 25 centavos de dólar a la semana (unos 12 dólares al año). Éste permite que las personas puedan pedir pequeños préstamos para satisfacer o financiar necesidades emergentes. Este tipo de desarrollo es un impulso para el crecimiento de poblaciones que viven crisis económicas desde hace décadas.
Los jugadores son las caras visibles que hacen posible, gracias a su popularidad, que se pongan en marcha acciones solidarias en pos de mejorar la vida de las personas en regiones tan violentadas por la falta de políticas sociales.
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